En el año en que se celebra el vigésimo aniversario de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) cabe la oportunidad de hacer una reflexión sobre los nuevos retos y oportunidades que se plantean para la infancia y la adolescencia, no tanto por el tiempo transcurrido, sino por los vertiginosos cambios sociológicos que se han venido dando, en especial, en el último lustro, con la irrupción de las llamadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
Un nuevo concepto en relación con los menores y el uso seguro y responsable de las TIC ha irrumpido en escena: sexting. Es de nuevo una palabra “importada”, que trata de reflejar sintéticamente la fusión entre sexo y mensajes vía móvil.
Se ha pasado en poco tiempo de una Internet basada en páginas de texto e imagen unidireccionales, correo electrónico y chat a una Red donde los propios usuarios publican profusamente sus propios contenidos, en muchos casos de carácter audiovisual, y se relacionan usando mensajería instantánea y en entornos de redes sociales.
Podemos definir Grooming de manera sencilla como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de Internet con el fin último de obtener concesiones de índole sexual. Hablamos entonces de acoso sexual a menores en la Red y el término completo sería child grooming o internet grooming.
¿Qué beneficios reportan las nuevas tecnologías a nuestros hijos e hijas? Internet ofrece grandes posibilidades de acceso a información audiovisual, a conocimiento diverso, al aprendizaje colaborativo, a comunicarse con amigos próximos pero también con personas de otras culturas… El teléfono móvil les permite tener mayor autonomía y organizar sus relaciones y actividades de manera más […]